CONTIENDA BARRANCO vs. MAC (I)

¿NUESTRO PARQUE?...
¡CLARO QUE ES NUESTRO!

El miércoles 6 de febrero se inauguró una exposición de “artistas emergentes”-denominados así, según el catalogo de la muestra-en lo que fue nuestro parque distrital:”La Lagunita”. Un parque propio de los barranquinos con todas las de la ley (Ley Barranco). Pero que nos fue arrebatada por un hijo de “no – vecino” ( Capriata y Del Pomar) y se lo entregó desfachatadamente a los miembros de una institución particular autodenominada MAC - Museo de Arte Contemporáneo, como si fuera suyo.
El día anterior a la inauguración de la exposición ”La construcción del Lugar Común”, se da la Resolución de Alcaldía Nº 035-08-SGCFC-CAT-MDB-.5.02.08 que da por clausurado dicho local usurpado por el MAC en terreno barranquino aduciendo que no tenía Licencia de Funcionamiento. Este dictamen da motivo a la movilización de los vecinos para tratar de que dicho acuerdo municipal se cumpla. Aprovechar la oportunidad de estar en defensa de nuestro patrimonio. Quieran ó no, el parque es nuestro.
Pero al promulgarse dicho acuerdo de concejo se “piso el palito”, porque esta actitud dio motivo a que los usurpadores se hagan las victimas y gritar a los “cuatro vientos” (llámense “medios de comunicación al servicio del MAC”), de que los barranquinos estamos contra el arte de esas “jóvenes promesas” y de sus artistas antecesores. Que los barranquinos y su alcalde estamos contra el arte, contra la cultura. ¡Nosotros que en suma somos el distrito con mayor tradición cultural y artística de todo Lima, por decir lo menos! Donde estuvo Vallejo, Mariategui, Ríos, Estuardo Núñez, Ramón Ribeyro, el cusqueño Nieto, Piero Quijano, Quispejo, el propio Szyszlo, y tantos otros que sería largo enumerar. Lo dicho al canto. Aquí van algunas perlitas periodísticas, donde nos tildan de todo.
Comercio, 6 de enero de 2008, Pág. C4: La crítica de arte, Elida Román en su evaluación anual dice preocupada, en lo general”…lo que realmente debe interesar, preocupar é inquietar es la situación general de las artes visuales y su espacio en el ámbito amplio de la cultura,…proyectos que no logran consolidarse y crecer en la medida de sus metas.”. Luego particulariza y menciona sobre “…el proyecto MAC-IAC en Barranco sigue pareciéndose a una de esas sagas tradicionales, en la que, con un sentido de iniciación, los héroes deben enfrentar obstáculos y tropiezos sin fin…” Aunque si reconoce, pero con su “chiquita”, lo que los barranquinos sostenemos “… Luego de un comienzo cuestionable y cuestionado y varias anécdotas olvidables…” Si, así de fácil hay que tomar lo olvidable, lo dice la talentosa critica de arte, como si pudiéramos olvidar tamaña usurpación de nuestro parque. Y menciona de que cuando se iban logrando cosas a favor del MAC, aparece el “ogro” del alcalde barranquino a enfrentar a estos “héroes” que ahora además van a tener que perder tiempo entablándole los juicios que se merece este nuevo enemigo del arte. La sra. Román llama a tomar partido, a la organización, misma Kenji Fujimori, para lograr a como de lugar”…ese espacio tan necesario para la ciudad, y me atrevo a decir del Perú…”, dice. Y plantea una serie de manoseados argumentos de que somos el único país que no tiene su museo de arte contemporáneo y eso pareciera que nos hace miserables, incultos.
Y lo que aún trato de entender es porque no tomaron esa actitud cuando el proyecto del MAC-IAC fue rechazado por los distritos de San Isidro y Miraflores cuando ellos quisieron apoderarse del espacio publico de sendos distritos para imponer su local de Arte Contemporáneo. Pero los vecinos no los dejaron. Allí si se quedaron calladitos con sus planos y maquetas que habían elaborado para tal fin. ¿Es que otorongo no come otorongo? (Traduciendo: “pituco no come pituco”). Pero con nosotros los “incultos barranquinos, si se hacen los “héroes”, aún sabiendo que la forma como usurpan nuestro terreno es cuestionado y cuestionable
Hasta aquí les llego con el asunto de nuestro “Parque de la Lagunita”. “Piña” nosotros que nos encontramos con alcaldes (as) antibarranquinos (as), unos seres desarraigados, que regalan nuestros espacios públicos (parques y playas) con solo el afán de oscuras intenciones, así, sin ton no son.

(Continuará)