El amor es de la misma esencia que el alma humana.
Como ella, es una chispa incorruptible, indivisible é inmortal.
Es un fuego que llevamos dentro y que nada puede sofocar ni apagar.
Víctor Hugo
El 14 de febrero se celebra el día del amor y de la amistad por ser también el día de San Valentín. Celebración que ahora, al igual que la de los demás días importantes, se ha comercializado para beneficio de los dueños de empresas productoras y comercializadoras de perfumes, chocolates, peluches y prendas de vestir, así como de los dueños de restaurantes y hoteles ú hostales. Ellos solo manifiestan su amor a la acumulación de dinero a costa de nuestros sentimientos
Pero este día, en verdad, tiene una esencia mas humana y sincera que va más allá del pretexto de los regalos, licor ó sexo.
Para los que vivimos en Barranco tiene además un valor muy especial y concreto: el amor a nuestra ciudad y a sus lugares turísticos como el “Puente de los Suspiros”, el cual tiene un espíritu romántico que se concreta en sus leyendas y mitos que se han tejido en torno a él. Como que este lugar ha inspirado a poetas, escritores, cantantes, pintores, artistas de toda gama para decirle algo al amor. Inspira a cualquier mortal que pasa a través de él con la persona más apreciada, con la que es ó quisiéramos que fuera nuestra pareja para toda la vida. A los Barranquinos nos inspira para declarar nuestro sentimiento a la persona amada. Como también cuando queremos impresionar a la persona amiga que viene de visita por primera vez a este distrito tan peculiar, y nos enorgullece mostrarles el ambiente que inspira el Puente y la Bajada a los Baños. Mostrarles lo inigualable que es nuestro lugar común.
Por eso se celebra en Febrero el Mes del “Puente de los Suspiros” símbolo del amor y la amistad é icono de nuestro distrito.
Desde sus inicios, a fines del siglo XIX (1,876), era el lugar de encuentro de los jóvenes para enamorar a las damiselas, a la salida de la misa dominical, donde todos se esmeraban por lucir su mejor vestimenta para impresionar al sexo opuesto. La cercanía de la Ermita y su atrio contribuía a estos encuentros, donde se generaban grandes amistades y amores.
La leyenda cuenta de uno de esos amores. Había un joven de la zona mas popular de Barranco que se había enamorado de una bella muchacha de una familia acaudalada quien había también caído bajo el embrujo del puente, y empezó a enamorarse también del mozalbete. Ese amor se iba enriqueciendo en los furtivos y continuos encuentros domingueros. Hasta que la familia de ella se enteró, y no vio con buenos ojos dicha relación amorosa. Y como ocurre en estos casos, al igual que todas las historias de amores incomprendidos, la familia decide separarlos.
En consejo de familia deciden que nunca se vuelvan a ver. Y como todas las historias de amor que no deben concretarse por el que dirán, optan por llevarse a la bella doncella a otro lugar, lejos del ser amado para que nunca se lleguen a los encuentros furtivos.
El galán iba todos los domingos al Puente de los Suspiros, con la gran ilusión de ver nuevamente a la mujer amada. Pero ella no volvió a aparecer más en su vida. Ya no salía a las doce después de la misa y se dirigía al puente como todos los domingos anteriores al encuentro amoroso con él. La nostalgia, la angustia se iba apoderando de aquél joven enamorado, hasta llevarlo a una depresión crónica cuyo colofón fue aquel domingo decisivo que al no verla ya llegar, se subio a la baranda de madera del puente y se tiro hacia el vació hasta dar sus labios, como un último beso, y con todo su cuerpo sobre el piso empedrado de la Bajada de los Baños, que hasta hoy en dia nos lleva hacia las tranquilas aguas del mar barranquino.
Desde ese día el puente de madera que conduce del Parque Municipal de Barranco hacia la Ermita del Padre Abregú, se llamó “Puente de los Suspiros”, convirtiéndose en símbolo de todos los enamorados de nuestro distrito. Desde esa fecha el puente fue testigo de infinidad de promesas de amor. Algunas se cumplirán. Otras se quedarán en el baúl de los recuerdos para contarlos después a nuestros hijos ó nietos como la más bella y enigmática historia de amor.
Cuenta el mito que si una pareja, tomada de las manos, cruza el puente de un extremo a otro corriendo y sin respirar culminando la faena con un largo y apasionado beso, esa pareja se llegará a casar y a formar un matrimonio feliz y eterno.
Así que cuando tenga su pareja vaya al “Puente de los Suspiros” é intente la proeza. Luego nos cuenta su bella historia de amor.
Como ella, es una chispa incorruptible, indivisible é inmortal.
Es un fuego que llevamos dentro y que nada puede sofocar ni apagar.
Víctor Hugo
El 14 de febrero se celebra el día del amor y de la amistad por ser también el día de San Valentín. Celebración que ahora, al igual que la de los demás días importantes, se ha comercializado para beneficio de los dueños de empresas productoras y comercializadoras de perfumes, chocolates, peluches y prendas de vestir, así como de los dueños de restaurantes y hoteles ú hostales. Ellos solo manifiestan su amor a la acumulación de dinero a costa de nuestros sentimientos
Pero este día, en verdad, tiene una esencia mas humana y sincera que va más allá del pretexto de los regalos, licor ó sexo.
Para los que vivimos en Barranco tiene además un valor muy especial y concreto: el amor a nuestra ciudad y a sus lugares turísticos como el “Puente de los Suspiros”, el cual tiene un espíritu romántico que se concreta en sus leyendas y mitos que se han tejido en torno a él. Como que este lugar ha inspirado a poetas, escritores, cantantes, pintores, artistas de toda gama para decirle algo al amor. Inspira a cualquier mortal que pasa a través de él con la persona más apreciada, con la que es ó quisiéramos que fuera nuestra pareja para toda la vida. A los Barranquinos nos inspira para declarar nuestro sentimiento a la persona amada. Como también cuando queremos impresionar a la persona amiga que viene de visita por primera vez a este distrito tan peculiar, y nos enorgullece mostrarles el ambiente que inspira el Puente y la Bajada a los Baños. Mostrarles lo inigualable que es nuestro lugar común.
Por eso se celebra en Febrero el Mes del “Puente de los Suspiros” símbolo del amor y la amistad é icono de nuestro distrito.
Desde sus inicios, a fines del siglo XIX (1,876), era el lugar de encuentro de los jóvenes para enamorar a las damiselas, a la salida de la misa dominical, donde todos se esmeraban por lucir su mejor vestimenta para impresionar al sexo opuesto. La cercanía de la Ermita y su atrio contribuía a estos encuentros, donde se generaban grandes amistades y amores.
La leyenda cuenta de uno de esos amores. Había un joven de la zona mas popular de Barranco que se había enamorado de una bella muchacha de una familia acaudalada quien había también caído bajo el embrujo del puente, y empezó a enamorarse también del mozalbete. Ese amor se iba enriqueciendo en los furtivos y continuos encuentros domingueros. Hasta que la familia de ella se enteró, y no vio con buenos ojos dicha relación amorosa. Y como ocurre en estos casos, al igual que todas las historias de amores incomprendidos, la familia decide separarlos.
En consejo de familia deciden que nunca se vuelvan a ver. Y como todas las historias de amor que no deben concretarse por el que dirán, optan por llevarse a la bella doncella a otro lugar, lejos del ser amado para que nunca se lleguen a los encuentros furtivos.
El galán iba todos los domingos al Puente de los Suspiros, con la gran ilusión de ver nuevamente a la mujer amada. Pero ella no volvió a aparecer más en su vida. Ya no salía a las doce después de la misa y se dirigía al puente como todos los domingos anteriores al encuentro amoroso con él. La nostalgia, la angustia se iba apoderando de aquél joven enamorado, hasta llevarlo a una depresión crónica cuyo colofón fue aquel domingo decisivo que al no verla ya llegar, se subio a la baranda de madera del puente y se tiro hacia el vació hasta dar sus labios, como un último beso, y con todo su cuerpo sobre el piso empedrado de la Bajada de los Baños, que hasta hoy en dia nos lleva hacia las tranquilas aguas del mar barranquino.
Desde ese día el puente de madera que conduce del Parque Municipal de Barranco hacia la Ermita del Padre Abregú, se llamó “Puente de los Suspiros”, convirtiéndose en símbolo de todos los enamorados de nuestro distrito. Desde esa fecha el puente fue testigo de infinidad de promesas de amor. Algunas se cumplirán. Otras se quedarán en el baúl de los recuerdos para contarlos después a nuestros hijos ó nietos como la más bella y enigmática historia de amor.
Cuenta el mito que si una pareja, tomada de las manos, cruza el puente de un extremo a otro corriendo y sin respirar culminando la faena con un largo y apasionado beso, esa pareja se llegará a casar y a formar un matrimonio feliz y eterno.
Así que cuando tenga su pareja vaya al “Puente de los Suspiros” é intente la proeza. Luego nos cuenta su bella historia de amor.
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